El video que acompaña este posteo explica lo que debemos hacer.
Hijas
e hijos del Pueblo de Israel, hoy les quiero hacer una invitación a
participar conmigo; a hacer una realidad, por eso les pido que vean
el video, que contiene la invitación.
ES
UN LLAMADO A LA ESPERA ACTIVA, ASI OCURREN LOS MILAGROS
Lo
que dije en el video está explicado, en la Ley de la acción, una
ley espiritual, algo que yo estaba dejando de hacer, no tuve la
sabiduría suficiente para darme cuenta hasta ahora.
Lo
señalé con otras palabras en mi libro de La Oración del Padre
Nuestro YHVH, pero no estaba aplicando ese conocimiento pese a tener
muy presente la Ley y de pronto un día tomé la decisión de hacer
un giro, el necesario en mi vida y con el objetivo de hacer una
realidad la promesa divina, largamente relatada en este blog y la
Biblia, por supuesto. Entonces me di cuenta que me estaba saltando
dicha ley.
Aquí
está explicada la Ley dicho en forma muy simple y bien explicada
“LA
LEY DE LA ACCIÓN
DAR MOVIMIENTO A NUESTRA VIDA
No
importa lo que sintamos o sepamos, no importan nuestras dotes
potenciales o talentos, sólo la acción les da vida.
Muchos de nosotros entendemos conceptos como el compromiso, el coraje, y el amor, pero en realidad saber es hacer.
Hacer trae la comprensión, y las acciones convierten conocimientos en sabiduría.
No puedes atravesar el mar simplemente mirando al agua.
Muchos de nosotros entendemos conceptos como el compromiso, el coraje, y el amor, pero en realidad saber es hacer.
Hacer trae la comprensión, y las acciones convierten conocimientos en sabiduría.
No puedes atravesar el mar simplemente mirando al agua.
Rabindranath
Tagore
Emergiendo
del valle, escalamos una pequeña, pero pronunciada pendiente y
desembocamos en una cuesta justo por encima de la cabaña de la
santa. Mi estómago no dejaba de rugir. Exceptuando aquellas
fresitas, no había comido en dos días. Justo entonces la santa
anunció, "Es hora de comer."
"¡Que
bueno!," dije yo. "Justamente lo que estaba pensando -"
"Lo
sé," dijo ella. "Puedo oír a tu estómago rugir."
Sonriendo me llevó a un jardín que ella misma había cultivado. Un
riachuelo fluía a través de él, y era usado para irrigar las
coloridas hierbas, frutas, y verduras que crecían allí.
"Coge
cualquier cosa que te apetezca."
Cocinamos
un potaje con patatas, salpicado con pimiento y algunas hierbas que
no reconocí, servidas junto a una ensalada fresca. Mientras nos
sentábamos a comer, la santa habló de la Ley de la Acción. "No
puedes vivir de buenas intenciones," comenzó. "Para
preparar esta comida, he despejado el terreno, cavado el suelo, y
sembrado las semillas, antes de recoger la cosecha. Hacen falta más
que sueños y buenas intenciones para vivir en este mundo; se
necesita acción."
Mientras
comíamos, me explicó un incidente – de una vida anterior, supuse.
"Yo no siempre aprecié la diferencia entre las ideas y la
acción," dijo la santa. "Cuando era una joven estudiante
en la India, aprendí una importante lección. En aquellos tiempos,
yo procedía de una familia privilegiada, y pasaba la mayoría de mi
tiempo leyendo. Un día, durante un viaje, mientras un barquero me
llevaba a través de un ancho río, le describí todos mis
conocimientos y cómo los había conseguido. El barquero me escuchó
atentamente; entonces, después de un rato, me preguntó: ¿sabes
nadar? ´No,´ contesté, ´no puedo.´ ´Entonces me temo que todos
tus conocimientos son una pérdida,´ dijo el barquero. ´El barco se
hunde.´"
Los
dos nos reímos mucho.
"Entonces,
¿qué pasó?" le pregunté.
"Oh,
me ahogué," contestó ella. "Fue una lección que nunca
olvidaré. Este mundo es un reino de energía y acción; no importa
lo que sepas o quién seas – tampoco importa la cantidad de libros
que hayas leído o los talentos que tengas – sólo la acción tiene
el potencial de darles sentido en la vida. Las filosofías
impresionan y las ideas abundan, pero las palabras, no importa como
sean de elegantes, son baratas. Es fácil hablar de compromisos,
coraje, y amor, pero hacer es entender, y la sabiduría nace a partir
de la práctica."
La
seguí mientras se acercaba al final del jardín. Escalamos algunas
rocas, y observamos el bosque que se extendía a nuestros pies.
"Mucha
gente disfrutaría con una vista como esta," dijo la santa. "A
lo mejor aspiran a escalar hasta aquí, y quizás estén deseando
tener la satisfacción de estar aquí de pie. Pero mientras muchos de
ellos no han alcanzado la cima y disfrutado de la vista, nosotros lo
hemos hecho – no porque seamos más inteligentes o más fuertes o
lo merezcamos más, sino simplemente porque hemos hecho la escalada.
Sólo aquellos que hacen la escalada disfrutan de la cima."
Después,
mientras volvíamos a nuestra comida, la santa observó, "Emprender
acciones nunca ha sido fácil en este mundo; fuerzas de duda e
inercia están por todos los lados, hasta entre nuestra mente y
cuerpo. Convertir las ideas en acciones requiere energía,
sacrificio, coraje, y corazón, porque actuar es arriesgar. Tenemos
que superar todas las buenas razones que nos invitan a apartarlo, a
dejar que lo haga otra persona, a permanecer en la sencilla silla de
las buenas intenciones. Pero la Ley de la Acción envía el mismo
mensaje una y otra vez: es mejor hacer lo que es mejor que no hacerlo
y tener una buena excusa."
"Yo
pienso que se necesita coraje para levantarse cada día de la cama, y
por tanto todo el mundo aplica la Ley de la Acción."
"Todos
los seres vivos actúan, pero la mayoría de las personas no actúan
sino que reaccionan - y sólo reaccionan como consecuencia de sufrir
dolor o miedo, cuando las relaciones se convierten en un infierno o
cuando los cuerpos físicos caen enfermos del estrés. La Ley de la
Acción nos enseña a superar las inercias a la vez que las
impaciencias, actuando con coraje, claras intenciones, y compromiso."
"¿Cómo
podemos superar la inercia?"
"Aceptando
tres realidades fundamentales," contestó ella. "Primero,
aceptando nuestra humanidad y nuestra presencia física en el mundo;
segundo, dándonos cuenta que nadie va a vivir por nosotros y que
sólo nos hacemos más fuertes a partir de nuestros propios
esfuerzos; y tercero, aceptando que la acción puede inicialmente
comportar cierta incomodidad – y después ¡a continuar con ello!
"Ya
no nos podemos permitir el lujo de esperar hasta que nos sintamos a
salvo y seguros, inspirados o motivados – hasta que el miedo o la
duda miren en la otra dirección. Ya no podemos esperar a que alguien
nos dé permiso para actuar. Siento una gran urgencia. Es por eso que
he vuelto a aparecer, en este tiempo y lugar – para cumplir lo que
estoy hablando contigo ahora. Ha llegado el momento de actuar de
acuerdo con nuestros ideales supremos, a pesar de temores, dudas, o
incertidumbres que surjan. Sólo podemos mostrar coraje en la cara
del miedo. Cada día necesitamos coraje, porque cada día nos
enfrentamos a miedos – no necesariamente en situaciones dramáticas
como atrapar a un ladrón o salvar a una persona que se ahoga, si no
de formas diversas como expresando nuestros sentimientos, rompiendo
un viejo hábito, o tomando el riesgo de ser diferente."
Nos
levantamos y comenzamos a repelar lo poco que quedaba de nuestra
comida. "Me gusta guardar las sobras como una ofrenda para los
animales, pero no demasiado cerca de la cabaña." Me dirigió a
través de algunos árboles hasta el final de una vertiente tan
inclinada que casi era un barranco.
De
pie en el borde del precipicio, la santa comenzó a tirar algunas
sobras a los ciervos que merodeaban por abajo. De repente, la
vertiente en la que estábamos, ablandada debido a las lluvias
torrenciales, cedió. Antes de que mis ojos se percataran, ella
desapareció de mi vista. Me incliné adelante y la vi despeñándose
por la pendiente. Me encontré a mi mismo saltando por encima del
precipicio, intentando mantener mi equilibrio mientras me deslizaba
tras ella. Los dos nos deslizábamos en una caída vertical.
Ella
estaba consciente, pues la vi agarrándose a las raíces de los
árboles, intentando frenarse. Todo sucedió a cámara lenta, con
todo lujo de detalles. Sabía que me estaba llenando de morados y
rascadas, pero no sentía ningún dolor.
Quería
ayudarla, pero primero tenía que ayudarme a mí mismo; comencé a
agarrarme a raíces y hierbas. La suerte estuvo conmigo, y, mientras
la superaba en la caída abajo, nos cogimos de la mano. Esto debió
ser cuando una piedra me golpeó en la cabeza, porque no recuerdo
nada más.
Me
desperté estirado junto a un lago. Mi cabeza estaba mojada con
sangre. Abrí los ojos y vi a la santa, con la cara sucia pero
sonriente mientras limpiaba mi cabeza con un trapo mojado. "La
cabeza ha dejado de sangrar," dijo ella. "Parece ser que
vas a sobrevivir."
"Tú,
también," dije intentando devolverle la sonrisa.
Más
tarde, en el fresquito de la noche, mientras nos refugiábamos al
lado del fuego en la cabaña, hice una reflexión sobre lo que había
pasado, y finalmente el miedo me sacudió: "¡Nos podíamos
haber matado! O me podría haber matado – no sé que te hubiera
pasado a ti."
"Hubiera
sido más sabio y mucho más seguro si te hubieras quedado donde
estabas," respondió ella. "Pero mostraste coraje al venir
tras mí."
"No
intentaba ser un héroe; no me lo pensé. Simplemente te vi caer y
salté."
"Bueno,
una perfecta demostración de la Ley de la Acción."
"Si
en el futuro necesitas más demostraciones, preferiría lanzar
piedras a un árbol."
Ella
sonrió. "Algunas veces estas cosas ocurren."
"Bueno,
debe ser tu año de despeñarte montañas abajo," dije
refiriéndome a la caída que me había explicado anteriormente.
"¿Crees
que es un signo claro de que debería vivir cerca del nivel del mar?"
me preguntó ella. Entonces, más seria, añadió, "Podía haber
sido diferente. Te podías haber matado. Tu impulso por ayudar ha
sido admirable pero con poca vista."
"¿Qué?"
"Tu asumiste que no me podía ayudar a mí misma."
"Tu asumiste que no me podía ayudar a mí misma."
"Bueno,
sí que parecías necesitar un poco de ayuda."
"Y
la necesitaba. Pero, ten en cuenta que cada ley contiene las semillas
de su opuesto. A veces la compasión requiere acción, pero esta Ley
también contiene la sabiduría de estar tranquilo y quieto, la
acción de la inacción."
"Como
la meditación," dije.
"Sí.
Hay un momento para la acción y otro para estar quieto. Algunas
veces puedes mostrar el coraje más grande, la paciencia, y la
sabiduría permaneciendo tranquilo incluso cuando deseos o impulsos
irresistibles te piden que actúes."
"¿Cómo
puede saber uno el momento de actuar, y cuándo estar quieto?"
"Aquellos
que tienden a la inercia y el miedo necesitan enfocar más en el
deseo de actuar con bravura y decisión. Aquellos dados al discurso o
a la acción impulsiva serían sabios parando, respirando
profundamente, y observando sus impulsos sin sentirse obligados a
actuar sobre ellos. En cualquier caso, escucha a la sabiduría de tu
corazón; entonces sabrás cuando has de estar tranquilo y cuando has
de actuar."
Después
de eso, nos sentamos conjuntamente en la tranquilidad de la tarde,
mirando a las llamas mientras el calor del fuego nos apaciguaba el
dolor de nuestra reciente aventura. Mientras oscurecía, el cansancio
me hizo dormir. Me estiré de lado, mirando las llamas, escuchando su
voz: "El fuego transforma la materia en energía, recordándonos
que todas las cosas pasan y cambian. Al final, todos somos consumidos
por los fuegos sin llama de la vida. Actúa con bravura, viajero,
mientras todavía tengas el tiempo, mientras todavía tengas un
cuerpo." Tras sus palabras vino el silencio.
Las
Leyes Espirituales, Dan Millman. “
Como
podrán apreciar esta es la forma indicada y mientras estaba haciendo
las grabaciones recibí una señal potente y clara de que esto es lo
correcto, además en la mañana escuché a Yahshua Yahveh,
responderme una de las preguntas que le hice anoche, por esto tengo
la convicción de que es lo que están esperando que hagamos, para
ellos dar el paso correspondiente.
Bendiciones
para todo mi pueblo.
Amen
amen amen amen.