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21 de septiembre de 2008

Primavera, época de florecer


Dentro de la sabiduría de nuestra creación están las estaciones del año, (recuerdo una excelente película que recomiendo completamente “Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera" , película coreana del 2003, que tuvo 10 premios y 7 nominaciones del director Ki-Duk Kim) que tienen un fuerte reflejo en nosotros, ya que nosotros tenemos las mismas estaciones del año en términos personales aunque no lo notemos y no estoy hablando en términos metafóricos y es ese el motivo de tantas enfermedades en épocas invernales por ejemplo. La primavera es una época de alergias, como sabemos los sanadores, las alergias son rabias, se es alérgico a alguien, en este caso es a si mismo, ya que a diferencia de la naturaleza esta se renueva completamente y se viste y embellece y nosotros no, seguimos cargando nuestra cruz personal y sentimos que no nos liberamos nunca, no pasa de ser un día más en el calendario que aparte de alguna fiesta en alguna localidad, no representa nada más. Seguro que los antiguos dominaban bien estos temas, de ahí que permanezcan estas festividades aunque ahora carezcan de sentido. La primavera es un renacimiento para todos y en esta parte del planeta nos toca ahora a nosotros, por lo que en especial les envío un pequeño mensaje de optimismo, hemos hablado tanto de la mente en este y otros blogd, en libros, etc. Es esencial ahora “mentalizarse” para pasarlo bien, prepararse para un verano reprogramándonos, no caigamos en nuestras viejas estructuras mentales caidas, demos un impulso de renovación nosotros mismos debe ser una real fiesta vistámonos para ello, me refiero a vestiduras internas de amor, de gozo, de Luz, Aunque sepan que tenemos karmas que nos lo impidan, es la actitud la que cambia todo, aunque paguemos karma este será más aliviado y producirá efectos en nosotros, en otros y así será una retroalimentación positiva, que a la postre nos redundará en “karma positivo”. Preparándonos al 2012, ese debe ser nuestro lema, porque esta será una de las maneras en que después veremos las cosas, de una manera distinta encarando los problemas desde otro yo, uno renovado, es una oportunidad de preparación al renacimiento, es una oportunidad de rejuvenecer y no de envejecer, eso es lo que hace a la gente “aviejarse” su mente. Piensa positivo con fuerza, rejuvenezco ya cayeron todas las hojas que no servían ahora saco un nuevo rostro.

¡¡¡FELIZ PRIMAVERA!!!

26 de agosto de 2008

Prueba de cambios en la conciencia.


He querido darles un pequeño respiro a los lectores del blog y hacer comentario sobre una noticia, en realidad que cada uno comente lo que quiera, para mi lo que hay que resaltar de esta noticia fechada el 24 de agosto de 2008, es que hay casi un 20% de gente que sigue negando lo innegable y cerca de un 80% que empieza a aceptarlo y eso en realidad es un gran cambio hace no muchos años atrás habría sido al revés la noticia. Llegará el día, -no lejano- en que veamos otros cambios en la conciencia.


SANTIAGO DE CHILE (EFE).- Un 50,3 por ciento de los habitantes de la ciudad de Santiago cree que en Chile “hay una puerta de entrada hacia el espacio”, ante la gran proliferación de avistamientos de OVNIS, según una encuesta que difundida el viernes. Chile es considerado el quinto país del mundo con el mayor número de avistamientos de OVNIS, después de Estados Unidos, Perú, Brasil y Rusia. En la capital chilena, de 6,2 millones de personas, un 22% de los consultados considera que el avistamiento de los OVNIS se debe a bromas y un 17% a que los chilenos “son muy ingenuos”, según la encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión pública de la Universidad Central (CESOP). Según el estudio, en el que también participó el diario Publimetro, un 44,7% de los santiaguinos cree que los OVNIS son vehículos espaciales extraterrestres, un 32,3% piensa que son un fenómeno sin explicación, el 15% considera que es un invento y el 7% una ilusión óptica. La psicóloga de Cesop, Genoveva Echeverría, afirmó que “no debe sorprendernos esta alta creencia de que existan otras formas de vida. Revistas especializadas y medios de comunicación informan con frecuencia de nuevos hallazgos científicos que entregan nuevas pistas y evidencias acerca de la posibilidad de otras formas de vida en el universo”, precisó Echeverría, quién fue la encargada de entregar los resultados de la encuesta. El viernes, en la localidad de San Clemente, en el sur de Chile, comenzó el segundo encuentro internacional de ufología, cuyo principal invitado es el investigador peruano Sixto Paz. La cita tuvo como finalidad proyectar el desarrollo del “turismo OVNI” en esa localidad, una de las zonas que aparentemente ha registrado más avistamientos de platillos voladores en el último tiempo, según los expertos. Situada en la región del Maule, a más de 300 kilómetros al sur de Santiago, San Clemente experimenta gracias a este fenómeno un inesperado auge en materia turística y, según la dirección comunal de Turismo de esa zona, espera convertirse en la primera ruta ufológica de Chile.

15 de agosto de 2008

PROTECCIONES EN EL TRABAJO ESPIRITUAL

En espera de un cambio en este pequeño ciclo, para poder continuar con las entradas sobre el lado oscuro, aquí va una pequeña entrega sobre las protecciones que uno debería hacer habitualmente para que no le ocurran muchas cosas....
La primera y gran protección entre muchísimas otras cosas es la frase, nombre divino KODOISH-KODOISH-KODOISH ADONAI T'SEBAYOTH, del sagrado hebreo, que significa Santo Santo Santo es el



Señor de las Huestes Celestiales, este es el nombre por excelencia que debe usarse mántricamente, o sea, en forma repetida, es como se deben saludar a todas las entidades lumínicas, ya que este es el saludo que ellas hacen al Padre, en su centro en los cielos superiores, es un saludo conocido como la Quedusha y esta salutación sagrada es tan potente que las jerarquías oscuras no pueden estar en su presencia ni por un instante de tiempo pues podrían ser sacados de la existencia, está en conexión con los latidos del corazón y es de un ritmo vibratorio altísimo, sirve para sanar o en cualquier urgencia o catástrofe, como defensa ante extraterrestres, etc, etc.





A petición de mi amigo Gerardo coloco la explicación aquí a su comentario. Para hacer una meditación, sanación u otro trabajo en Luz yo coloco siempre la columna de Luz del Espíritu Santo "Ley-U-Esh Shekina Ain Soph (einsóf)" (12 veces) ahí van a ver como son rodeados por esta columna que es de dimensiones irregulares, se adapta al lugar en que uno está, si no la ven, visualísenla. Esa es una gran protección en si misma. Después los escudos de Luz y si es necesario, el saludo, para saludar o para defenderse en caso de algún ataque específico o de presencias negativas. Para orar no hace falta protegerse, salvo caso de karmas específicos sobre la materia de que se trata.
Como escudos de protección están los escudos de los señores de Luz, tales como Miguel, Melquísedec, Metatrón (El Shadday) y se usan de la siguiente manera:
Se repite como mantra Mogan Mikaeilu, Escudo de Miguel, (12 veces) y les van añadiendo otros escudos Mogan Metatron (12 v.), Mogan Melkízedek (12 v.) y así, también potente es el Mogan David, Mogan Shekina (escudo del Espíritu Santo) o el del Padre YHVH (Mogan Yahveh).
La música que está en el video puede ser usada en meditación potente.








Protecciones para la casa física.
Acerca del Mezuzot.

Estas sagradas palabras, usadas por el pueblo de Israel cuando iban a salir de Egipto y así evitaron que les fuesen muertos sus hijos.




Ha sido la única vez que el Mezuzot, fue usado y que sirvió su uso desde entonces los judíos los tienen (algunos) en sus puertas pero no les ha servido porque debido a la no vigencia de la Ley, o los pactos con la oscuridad, este perdió toda su fuerza. En estos momentos, esos pactos no han terminado y por ende "podría" servir de manera “divina” para todo tipo de catástrofes (para que no ocurran al interior de la casa), para esto deben colocar el Mezuzot en el marco de la puerta, abierto, tanto de la puerta de entrada como de salida, si es que hay dos.


Una vez hecho esto, deben pedir al Señor Melquisedec, que el Mezuzot sea instalado en nuestro interior en los templos morada del Espíritu Santo, señalando expresamente que ustedes desconocen el régimen de exclusiones a la Ley y que la Ley de Yahveh la hacen suya en todas sus partes, sino no servirá el Mezuzot que se pegue en la casa física.


Los textos que contiene son Deuteronomio 6;4-9 y 11:13-21. Escucha oh, Israel, Yahveh nuestro Dios, Yahveh es uno. Y tienes que amar a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital. Y estas palabras, palabras que te estoy mandando hoy, tienen que resultar estar sobre tu corazón. Y se las enseñarás a tus hijos y hablarás con ellas, cuando habites en tu casa y al caminar el camino, al acostarte y al levantarte, y las atarás como señal sobre tu brazo y serán como venda frontal entre tus ojos. Y las escribirás sobre las jambas de tu casa y de tus portones. Y será si escucharéis mis encomiendas que yo os ordeno hoy, para que amen a Yahveh su Dios y servirlo con todo vuestros corazones y con toda vuestras almas. Y daré las lluvias de vuestra tierra en su tiempo apropiado, la lluvia que sucede a la siembra, y la que antecede a la cosecha, y recolectarás tu cereal, tu vino dulce y tu aceite. Y daré pastos en tus campos para tus animales domésticos, y verdaderamente comerás y te hartarás. Cuídense ustedes por si los seduce vuestros corazones, y os apartéis y serviréis dioses extraños y os prosternaréis delante de ellos. Y se enfurecerá Yahveh con vosotros y retendrá el cielo y no habrá lluvia y la tierra no dará sus frutos, y os perderéis prontamente de sobre la tierra buena que Yahveh les da. Y colocaréis estas palabras mías sobre vuestros corazones y sobre vuestras almas, y las ataréis como señal sobre vuestros brazos y serán como ornamento entre los ojos vuestros. Y las enseñareis a vuestros hijos para hablar con ellas, cuando habites en tu casa y al caminar en el camino, y al acostarte y al levantarte. Y las escribirás sobre las jambas de tu casa y de tus portones. Para que aumenten vuestros días, y los días de vuestros hijos sobre la tierra que juró Yahveh a vuestros padres para darles a ellos como los días de los cielos sobre la tierra.

27 de julio de 2008

PORQUE LA ESCUELA NO EDUCA












He querido hacer un alto en las materias que me tienen últimamente ocupado, para dedicarle un tiempo a algo que a mi me importa mucho como es la educación de los niños. Es importante hacerse la pregunta ¿que pasará con la educación de los índigos y los cristal? en especial a contar del año 2012, gran oportunidad, para nosotros de hacer todas las cosas de nuevo y en lo posible, bien. Debido a mi ocupación he tenido muchos profundos cuestionamientos sobre la sociedad y lo mal que ha hecho todo -es mi visión-, en relación a lo que se ha dado en llamar educación, limitándola además solo al ámbito escolar, entregando esa responsabilidad familiar, a la sociedad, es que coloco este discurso, por mi parte, ya tengo bastante encaminada mi solución personal que en el futuro compartiré con vosotros.

No se trata de solamente volver o cambiar a una sociedad y hacerla más espiritualizada, pero con pérdida de conceptos y acciones en la materia, si queremos que las cosas cambien debemos actuar sobre ellas, sino volveremos a lo mismo de siempre.

No me gustaría que mis hij@s pensaran y actuaran como señala esta vieja canción.



Ahora, en relación a los colegios y escuelas he aquí un famoso discurso, léanselo hasta el final, este no es de un místico, sino de un profesor de estado y que dentro de su profesión pudo llegar a tener una visión particular y peculiarmente objetiva, algo digno de reconocimiento, en fin aquí está:


"Porqué la escuela no educa


John Taylor Gatto


Discurso de aceptación de John Taylor Gatto para el galardón de Maestro del Año de Nueva York, el 30 de enero de 1990.


Acepto este premio en nombre de todos los buenos profesores que he conocido a lo largo de los años y que han luchado para hacer de sus relaciones con los niños algo digno, hombres y mujeres que nunca están conformes, siempre cuestionando, siempre esforzándose por definir y redefinir lo que la palabra "educación" debería significar. Un Profesor del Año no es el mejor profesor, éstos suelen pasar demasiado desapercibidos para ser fácilmente descubiertos, pero es un modelo, símbolo de esas gentes anónimas que utilizan sus vidas gratamente al servicio de los niños. Este es su premio tanto como mío.Vivimos en una época de profunda crisis escolar. Nuestros niños se clasifican a la cola de las diecinueve naciones más industrializadas en lectura, escritura y aritmética. Muy a lacola. La economía mundial narcótica está basada sobre nuestro propio consumo de las mercancías, de forma que si no compramos tantos sueños de humo el negocio colapsaría - y las escuelas son un importante centro de compra -. Nuestra tasa de suicidios de adolescentes es la mayor del mundo y los que se suicidan son niños ricos en su mayor parte, no los pobres. En Manhattan el cincuenta por ciento de los nuevos matrimonios duran menos de cinco años. Algo debe ir mal con seguridad. La crisis de nuestra escuela es un reflejo de una crisis social más amplia. Parece que hemos perdido nuestra identidad. Niños y ancianos son encerrados y aislados de fuera de lo que sucede en el mundo hasta un grado sin precedentes - nadie habla con ellos ya – y sin niños y ancianos mezclándose en la vida diaria una comunidad no tiene futuro ni pasado, solo un presente continuo. De hecho, el nombre "comunidad" apenas se aplica ya a la forma en que interactuamos con los demás. Vivimos en redes, no en comunidades, y todos los que conozco están solos por eso. En cierto modo la escuela es responsable privilegiado de esta tragedia tal y como lo es también en la creciente brecha entre clases sociales. Utilizar las escuelas como un mecanismo de selección no hace sino crear un sistema de castas, lleno por abajo de intocables que vagan por los trenes del metro pidiendo y durmiendo en las calles. He observado un fenómeno fascinante en mis veinticinco años de ejercicio de la profesión: que las escuelas y la escolarización son crecientemente irrelevantes para las grandes empresas del planeta. Nadie cree ya que los científicos son enseñados en clases de ciencias o que los políticos en clases de civismo o que los poetas lo son en clases de inglés. La verdad es que las escuelas no enseñan nada salvo como obedecer órdenes. Esto es un granmisterio para mi porque miles de personas, gentes responsables trabajan en las escuelas como profesores, cuidadores y gestores pero la lógica abstracta de la institución sobrepasa sus contribuciones individuales. Aunque los profesores se preocupan y trabajan duro, lainstitución es psicopática - no tiene conciencia -. Suena la sirena y el joven que se encontraba escribiendo un poema debe cerrar sus cuaderno y moverse a otra aula donde deberá memorizar que el hombre y el mono derivan de un ancestro común. Nuestro sistema de enseñanza obligatoria es un invento del Estado de Massachussets hacia 1850. Fue resistido - a veces hasta con las armas por un considerable ochenta por ciento de la población de Massachussets- con un último reducto en Barnstable On Cape Cod que no entregaron a los niños hasta la década de los 1880 cuando la localidad fue asediada por el ejército y los niños marcharon a la escuela escoltados. Aquí tenemos un curioso dato para meditar. La oficina del Senador Ted Kennedy ha sacado un estudio no hace mucho indicando que antes de la educación obligatoria la tasa de alfabetización en el estado era del 98% y que después jamás volvió a alcanzar el 91%, donde se mantiene en 1991. Espero que les sirva. Aquí hay otra curiosidad sobre la que pensar. El movimiento de "escuela en casa" ha ido creciendo paulatinamente hasta un tamaño de un millón y medio de jóvenes que son educados por completo por sus padres y sus comunidades. El último mes la prensa educativa reportó la increíble noticia de que los niños escolarizados en casa parecen estar entre cinco y diez años por delante de sus compañeros escolarizados formalmente en su capacidades cognitivas. No creo que nos libremos de las escuelas en un futuro cercano, no ciertamente en lo que me queda de vida, pero si hemos de cambiar lo que se está convirtiendo en un desastre de ignorancia, hemos de entender que la institución educativa "escolariza" muy bien, pero no "educa" - algo por completo inherente al diseño organizacional. No es la culpa de los malos profesores o del poco dinero gastado, es que es imposible que la educación y la escolarización puedan llegar a ser alguna vez la misma cosa. Las escuelas fueron diseñadas por Horace Mann y Barnard Sears Harper de la Universidad de Chicago y por Thorndyke de la Escuela Normal de Columbia y otros hombres para ser instrumentos de la dirección científica de las masas. Las escuelas están diseñadas para producir, a través de la aplicación de fórmulas, seres humanos estandarizados cuyo comportamiento pueda ser predecible y controlado. En gran medida, las escuelas han cumplido su objetivo. Pero nuestra sociedad se está desintegrando, y en esta sociedad, sólo las personas exitosas son auto-suficientes, seguras en sí mismas e individualistas - porque la comunidad de vida que protege al dependiente y al débil está muerta -. Lo que produce la escuela es, como dije, irrelevante. Las personas bien-escolarizadas son irrelevantes. Pueden vender películas y hojas de afeitar, recoger papel reciclado o hablar al teléfono en líneas de teleoperación, o sentarse estúpidamente delante de un terminal de ordenador pero como seres humanos son inservibles. Completamente inservibles para los demás y para si mismos.
La miseria diaria a nuestro alrededor está causada en gran medida por el hecho de que - tal y como Paul Goodman lo estableció hace treinta años- forzamos a los niños a crecer en el absurdo. Cualquier reforma de la escolaridad tiene que tratar con elementos absurdos en su naturaleza intrínseca.
Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a sentarte en lugares recluidos para gente de la misma edad y clase social que tú. Ese sistema te aparta radicalmente de la inmensa diversidad de la vida y de las sinergias de la variedad, de hecho te castra tu propio ser y futuro, acoplándote a un presente continuo de igual forma a como lo hace la televisión.
Es absurdo y anti-vital ser parte de un sistema que te obliga a escuchar a un extraño leyendo poesía cuando lo que realmente quieres es construir casas, o sentarte a discutir con un extraños obre la construcción de casas cuando lo que realmente quieres es leer poesía.Es absurdo y anti-vital moverte de aula en aula al sonido de una sirena durante todos los días de tu infancia natural en una institución que no te permite ninguna privacidad y que incluso te la quita en el santuario de tu propia casa pidiéndote que hagas tus "deberes"."¿Cómo aprenderán a leer?" dirán algunos y mi respuesta es "Recuerda la lección de Massachussets". Cuando los niños reciben experiencias completas en vez de las graduadas en aularios, entonces aprenden a leer, a escribir y cálculo con total facilidad si esas cosas tienen sentido en el ambiente vital que les rodea.
Pero recordad que en los Estados Unidos casi nadie que lea, escriba o sepa cálculo tiene mucho respeto. Somos una tierra de charlatanes, pagamos mejor a los charlatanes y les admiramos, así que nuestros hijos hablan constantemente, siguiendo el modelo de la televisión y de sus profesores. Es muy difícil enseñar incluso lo más "básico" porque ya no son "básicos" en la sociedad que hemos creado.
Dos instituciones controlan a dia de hoy la vida de nuestros hijos: la televisión y la escuela, por este orden. Ambos reducen el mundo real de sabiduría, fortaleza, templanza y justicia hacia una abstracción sin final y sin frenos. En los siglos pasados los niños y adolescentes estaban ocupados en trabajo real, caridad real, aventuras reales, y en la búsqueda real de maestros que pudieran enseñarnos lo que realmente queríamos aprender. Mucho tiempo se pasaba en desempeños comunitarios, practicando el afecto mutuo, el entendimiento y estudiando cada nivel de la comunidad, aprendiendo cómo hacer una casa, y docenas de otras tareas necesarias para convertirse en un hombre o mujer íntegro.
Pero aquí está el cálculo del horario que dispone cualquier niño de los que enseño:De las 168 horas que tiene la semana, tienen que dormir 56. Lo que les deja 112 hora a la semana en las que formarse. Ven unas 55 horas de televisión a la semana de acuerdo a informes recientes. Lo que les deja 57 horas a la semana en las que crecerse. Tiene que ir a la escuela unas 30 horas a la semana, usando unas 6 horas en prepararse, ir y volver a casa, y gastan una media de 7 horas a la semana en deberes- en total hacen 45 horas. Durante este tiempo, están en constante vigilancia, no tienen tiempo ni espacio privado, y son reñidos si tratan de acoplarse individualmente al uso de espacio y tiempo. Eso deja 12 horas a la semana para crearse una conciencia de si individualizada. Por supuesto que mis alumnos comen también, y eso añade algo de tiempo - no mucho, porque hemos perdido la tradición de la comida familiar, por lo que si quitamos 3 horas a la semana para cenas, llegamos a la cantidad neta de tiempo privado para cada niño de 9 horas a la semana.
No es suficiente, ¿verdad?. Cuanto más rica es la familia del niño, menos televisión que ve pero más tiempo que tiene dirigido por una oferta más amplia de entretenimientos comerciales y su inevitable inclusión en una serie de áreas de formación complementaria raramente a su libre elección.
Y todas estas cosas son curiosamente una forma más solapada de crear seres humanos dependientes, incapaces de llenar su tiempo libre, incapaces de iniciar senderos que le den un significado sustancioso y feliz a su existencia. Es una enfermedad nacional, esta dependencia y falta de objetivo, y creo que la escolarización, la televisión y las lecciones - toda la idea Chautauqua- tiene mucho que ver con ello.
Pensad en lo que nos está matando como nación – drogas narcotizantes, competición desenfrenada, sexo recreacional, la pornografía de la violencia, juego, alcohol, y la peor pornografía de todas - vidas dedicadas a comprar cosas, la acumulación como filosofía - todas ellas son adicciones de personalidades dependientes, y eso es la marca que deja inevitablemente la escolarización.
Quiero contaros el efecto que produce en los chicos el quitarles todo su tiempo - tiempo que necesitan para desarrollarse – y forzándoles a gastarlo en abstracciones. Tenéis que escuchar esto, porque ninguna reforma que no ataque estas patologías específicas no serán más que un mero lavado de cara.
1. Los niños a los que enseño son indiferentes al mundo adulto. Esto desafía la experiencia de miles de años. Un observación intensiva de lo que "los mayores" hacían siempre fue una de las más excitantes ocupaciones de los jóvenes, pero nadie quiere crecer ahora, ¿y quien les puede culpar de ello? Nosotros somos los juguetes.
2. Los niños a los que enseño ya apenas sienten curiosidad y la poca que muestran es transitoria, no pueden concentrarse durante mucho tiempo, incluso en lo que quieren hacer. ¿Podéis ver la conexión entre las sirenas sonando una y otra vez para cambiar de clase y este fenómeno de atención evanescente?.
3. Los niños a los que enseño tienen un pobre sentido del futuro, de como el mañana está indefectiblemente unido al presente.Como dije antes, viven en un presente continuo, el preciso momento en el que se encuentran es el límite de su conciencia.
4. Los niños a los que enseño son ahistóricos, no tienen conciencia de cómo el pasado ha dado forma a su propio presente, limitando sus elecciones, moldeando sus valores y sus vidas.
5. Los niños a los que enseño son crueles entre si, muestran falta de compasión ante los infortunios, ríen las debilidades, y muestran desprecio por aquellos que muestran necesidad de ayuda demasiado abiértamente.
6. Los niños a los que enseño se encuentran intranquilos ante la intimidad y la franqueza. No soportan una verdadera intimidad debido a una costumbre de por vida de guardar los secretos dentro de si mismos por lo que van formando su personalidad a base de trozos y partes de comportamiento prestados de la televisión o adquiridos para manipular a sus profesores. Puesto que no son ellos quienes dicen ser, el disfraz se les cae en la intimidad por lo que las relaciones íntimas deben ser evitadas.
7. Los niños a los que enseño son materialistas, siguiendo la estela de sus maestros que materialistamente "gradúan" todo -y sus tutores televisivos que ofrecen todo lo imaginable "gratis".
8. Los niños a los que enseño son dependientes, pasivos, y tímidos ante la presencia de nuevos desafíos. Esto es a menudo ocultado mediante actos de bravuconería, mediante enfados y agresividades que en el fondo solo expresan un vacío sin fortaleza interior.
Podría hablar de otras cuantas condiciones que una reforma de la escolarización tendría que afrontar si nuestro declive nacional pretendiera detenerse, pero por el momento ya habéis comprendido mi postura, tanto si estáis de acuerdo con ella como si no. Puede que sean las escuelas las que causen estas patologías, o la televisión, o ambas. Es una simple cuestión de aritmética, entre escuela y televisión todo el tiempo que los chicos tienen libre es absorbido por ambas. Eso es lo que destruyó la familia americana, que ya no es más un factor en la educación de sus propios hijos. Televisión y escuela, ahí debe buscarse a los responsables.
¿Qué hacer? Necesitamos un feroz debate nacional que no decaiga, día tras día, año tras año. Necesitamos gritar y discutir sobre este modelo de escuela hasta que se arregle o se retire de la circulación para su reparación, una cosa u otra. Si podemos arreglarlo, de acuerdo; si no podemos, entonces el éxito del movimiento de "escuela en casa" muestra una vía alternativa con futuro prometedor. Poner el dinero que ahora gastamos en escolarización, hacia la educación en la familia podría matar dos pájaros de un tiro, reparar las familias al tiempo que reparamos a los hijos.
Una reforma genuina es posible pero no debería costarnos nada. Necesitamos volver a pensar en las premisas fundamentales de la escolarización y decidir qué es lo que queremos que los niños aprendan y por qué.
Durante 140 años esta nación ha tratado de imponer objetivos de arriba a abajo desde los altivos puestos de mando centrales conformados por "expertos", una élite central de ingenieros sociales. No ha funcionado. No va a funcionar. Y es una gran traición a la promesa democrática que hizo en su dia de esta nación un noble experimento. El intento soviético de crear una república platónica en el Este de Europa ha sucumbido ante nuestra vista, nuestro propio intento de imponer el mismo tipo de ortodoxia centralizada utilizando las escuelas como un instrumento también se está resquebrajando, solo que mas lenta y dolorosamente. No funciona porque sus premisas fundamentales son mecanicistas, anti-humanas, y hostiles a la vida familiar. Las vidas pueden ser controladas por la maquinaria educativa pero siempre se revolverán con las armas de la patología social: drogas, violencia, auto-destrucción, indiferencia y todos los síntomas que veo en los niños que educo.
Ya es hora de que miremos hacia atrás para recobrar una filosofía educacional que funcione. Una que me gusta especialmente fue la favorita de las clases dirigentes europeas durante miles de años. Utilizo tanto de ella como me lo permite mi condición deprofesor, es decir, tanto como puedo dentro de la institución de la escolarización obligatoria. Creo que funciona tanto para los niños pobres como para los ricos.En el núcleo de este sistema de educación para las élites está la creencia de que el auto-aprendizaje es la única base del verdadero aprendizaje. En cualquier sitio en este sistema, a cualquier edad, encontrarás acuerdos para colocar al niño solo en un punto no definido y con un problema que resolver. Algunas veces el problema lleva implícito grandes riesgos, como el problema de cabalgar un caballo o hacerlo saltar, pero eso, claro, es un problema satisfactoriamente resuelto por miles de niños de la élite antes de cumplir diez años. ¿Podemos imaginar a alguien que haya superado tal desafío que alguna vez le faltara confianza en su habilidad para hacer algo?. A veces el problema es un problema de superar la soledad, como hizo Thoreau en Wald en Pond o Einstein en Suiza.
Uno de mis antiguos alumnos, Roland Legiardi-Lura, aunque huérfano de sus dos padres y sin herencia, cogió una bicicleta y atravesó solo los Estados Unidos cuando apenas había superado la niñez. No nos puede extrañar entonces que ya siendo un adulto, decidiera hacer una película sobre Nicaragua, aunque no tuviera dinero ni experiencia previa en la realización de películas, y que ganara un premio internacional, aunque su trabajo regular fuera el de carpintero.
Ahora estamos hablando todo el rato de que nuestros jóvenes necesitan desarrollar auto-conocimiento. Ya basta de tanta charlatanería. Tenemos que crear experiencias escolares que devuelvan a los niños su tiempo, necesitamos confiarles desde una edad temprana con independencia de estudios, quizás programado desde el colegio pero que tenga lugar fuera de la institución educativa. Necesitamos crear un curriculum donde cada niño tenga la oportunidad de desarrollar su individualidad y su auto-confianza.Hace poco cogi setenta dólares y envié a una niña de doce años de mi clase con su madre - que no hablaba inglés - en un autobús hacia la costa de New Jersey para encontrarnos con el jefe de policía del distrito de Sea Bright para comer y disculparnos por contaminar la playa con un casco de Gatorade. A cambio de esta disculpa pública habíamos quedado en que el jefe de policía le enseñaría el trabajo de un policía de barrio durante un dia cualquiera. Unos días después, dos más de mis alumnos de doce años viajaron solos a la Calle West First desde Harlem donde empezaron el aprendizaje con un editor de periódicos, la siguiente semana tres de mis alumnos se encontraban en mitad de los muelles decarga de Jersey a las seis de la mañana, estudiando la mente del presidente de una compañía de transporte por carretera que despachaba trailers hacia Dallas, Chicago y Los Ángeles.
¿Pertenecen estos chicos "especiales" a algún programa" especial"?. Bueno, en cierto modo si, pero nadie sabe sobre este programa salvo los chicos y yo. Solo son buenos chavales de Harlem, brillantes y alertas, pero tan mal escolarizados cuando me los encontré que la mayoría de ellos no sabían sumar o restar cantidades. Ni uno de ellos sabía la población de Nueva York o cuan lejos está Nueva York de California.¿Eso me preocupaba? Por supuesto, pero tenía confianza en que según iban ganando confianza en si mismos también se convertirían en sus propios maestros, y solo la auto-enseñanza tiene un valor a largo plazo.
Tenemos que devolver a los niños tiempo libre desde ya mismo porque esa es la clave para el auto-aprendizaje, y debemos re-introducirles en el mundo real tan rápido como sea posible para que el tiempo libre pueda ser gastado en algo más que abstracciones. Es una emergencia, requiere una drástica acción de corrección -nuestros niños están cayendo como moscas dentro de la institución escolar, ya sea buena o mala, no importa. Es irrelevante.
¿Qué más necesita un sistema escolar re-estructurado? Necesita que deje de ser un parásito del trabajo de la comunidad en la que se inserta. De todas las páginas escritas en la contabilidad de la historia, solo existe una entrada donde se recluya a nuestros jóvenes y no les pidamos nada de ellos al servicio del bien común. Llego incluso a creer que necesitamos hacer de los servicios a la comunidad una parte importante de la enseñanza escolar. Además de la experiencia enriquecedora que supone trabajar de forma no egoísta, es la forma más rápida de dotar a los jóvenes de responsabilidades reales en la vida corriente.
Durante cinco años manejé un programa escolar "autónomo" donde cada niño, pobre y rico, listo y no tan listo, tenía que dar 320 horas de trabajosos servicios a la comunidad. Decenas de estos niños volvieron años después, ya crecidos, y me contaron que la experiencia de ayudar a alguien les había cambiado sus vidas. Les había enseñado a ver desde otra perspectiva, a repensar metas y valores. Ocurrió cuando tenían trece años, durante el programa de practicas de Laboratorio, y solo fue posible porque el distrito escolar rico de al lado estaba en reestructuración. Cuando volvió la "estabilidad", el laboratorio común cerró. Fue una experiencia muy satisfactoria con un grupo de jóvenes bastante heterogéneos, a un coste demasiado bajo, como para permitir que continuara...
Estudio independiente, servicios a la comunidad, aventuras y experiencia, largos periodos de privacidad y soledad, un millar de diferentes formas de aprendizaje, una por dia o más tiempo – estas son medidas potentes, baratas, y efectivas de empezar una reforma real de la escolarización. Pero ninguna reforma a gran escala va afuncionar de forma que permita recuperar a nuestros jóvenes ya dañados ni a nuestra sociedad enferma hasta que impongamos abiertamente la idea de que la escuela debe incluir a la familia como motor principal de la educación. Si utilizamos la escolarización para separar a los hijos de los padres - y no nos engañemos, esa fue la principal función de las escuelas desde que John Cotton lo anunciará como el propósito de las escuelas de Bay Colony en 1650 y Horace Mann lo enunciara como el propósito de las escuelas de Massachussets en 1850 - vamos a continuar con el espectáculo de horror que tenemos ahora.
El "Curriculum de la Familia" está en el corazón de cualquier buena vida. Nos hemos alejado de ese curriculum; es hora de volver a ello. La forma de devolver la salud a la educación es que nuestras escuelas se liberen del dominio absoluto de las instituciones sobre la vida familiar, es promocionar durante el tiempo de escolarización confluencias de padres e hijos que fortalezcan los lazos familiares. Ese fue mi fin último cuando envié a la chica y su madre al distrito de la costa de Jersey para encontrarse con el jefe de policía.
Tengo muchas ideas para formular un curriculum familiar y estoy seguro que muchos de ustedes también las tienen. Nuestro mayor problema en conseguir que una vez popularizada esta forma de pensar pueda el sistema educativo ser reformado ya que tenemos unos intereses creados que se apropian de antemano de estas ideas para continuar con la escuela como está, a pesar de la utilización de una retórica aparentemente contraria.
Tenemos que exigir que nuevas voces y nuevas ideas sean escuchadas, mis ideas y las vuestras. Ya hemos tenido un amplio repertorio de voces muy autorizadas y con eco en medios escritos y televisión; una década de debate para todos es lo que se necesita ahora, no más opiniones de "expertos". Los expertos en educación nunca han tenido razón, sus "soluciones" son costosas, auto-complacientes, y siempre requieren mayor centralización. Ya hemos visto los resultados.
Es hora de volver a la democracia, al individualismo y a la familia.Ya dije lo que quería decir. Gracias."


(*) John Taylor Gatto fue galardonado durante tres años consecutivos como Maestro del Año de Nueva York, el último de los cuales decidió abandonar sus treinta años de carrera con un artículo en el Wall Street Journal ("I quit, I think"). Desde entonces trabaja incansablemente en la crítica al sistema educativo vigente. Sus libros más recientes son "Dumbing us Down"y "Underground History of American Education"

24 de julio de 2008

Puerto Montt, el comienzo de la expansión.




Este posteo es para dar a conocer una maravillosa experiencia en el Sur de Chile, en mi primera salida de Santiago como director del Centro, para efectuar una jornada de sanación y un trabajo de limpieza. Fueron 16 sanaciones, una reunión de información general y una de trabajo en pro del cono sur de América. La música refleja mis sentimientos hacia quienes me llevaron, atendieron y agradecieron mi ida.

Puerto Montt está a una hora y media de vuelo de Santiago y a 1016 kms. de Santiago, en esta época es un lugar de mucha lluvia, fue dificil llegar allí; a pocas horas de partir curiosamente se habían cancelado todos los vuelos a la ciudad, pero el amor es más fuerte así es que se restablecieron los vuelos a la zona y aparte del retraso, llegué igual, fue espectacular ver que mientras ibamos aterrizando comenzaba a despejarse y a salir el sol por un par de horas, causalmente se repitió dicha situación a mi partida también. Doy gracias por ello.

Fue rico recibir el afecto de mis pacientes, importante lección de como organizarse cuando se quiere hacer algo importante, ellos se unieron, se pusieron de acuerdo y me llevaron. Fueron dos días y medio de arduo trabajo, pero en una paz inmensurable, armonía interesante y revelaciones importantes, a todos los pacientes se les abrió el tercer ojo en sus sanaciones, -eso es grande-, todos aquellos que afirmaban no ver, pudieron ver con mucha intensidad, en fin imposible relatar todo lo divino que ocurrió allí, solo testimoniar que es una época de cambios, que es algo que se puede realizar en cualquier parte y que les dejará muchos frutos y beneficios. El trabajo colectivo de limpieza sobre el cono sur de América, produjo efectos inmediatos, en definitiva solo suma.

Resultado final: Luz 1: oscuridad 0, es solo una batalla, pero esta vez la ganamos.

Gracias gente de Puerto Montt.

19 de julio de 2008

GUIA PARA EL CONOCIMIENTO DE SI MISMO, 3ª Meditación


Continuamos con don Rudolf Steiner, tal vez vaya muy acelerado para muchos, pero ocurre que los tiempos están así y en ese sentido no hay tiempo que perder, el Universo tiene todo el tiempo del mundo, nosotros no. Están comenzando a suceder una serie de eventos que fuerzan a apurar el paso, hay que tomárselo con calma pero al mismo tiempo intentar despertar y no volverse a dormir. Se que muchos de vosotros tenéis un ritmo muy lento, conforme a las vibraciones terrestres, pero debido a los últimos acontecimientos mundiales, en todo orden de cosas y en todos los reinos, nos llama a intentar al menos, cambiar nuestra velocidad, ya tendremos tiempo para descansar...


TERCERA MEDITACION
En la que se intenta formarse una idea de la Cognición Clarividente del Mundo Elemental.
Cuando tenemos percepciones por intermedio del cuerpo elemental, y no por los sentidos físicos, experimentamos un mundo que permanece desconocido para la percepción de los sentidos y para el pensamiento intelectual ordinario. Si queremos comparar este mundo con algo perteneciente a la vida ordinaria, no encontraremos nada más apropiado que el mundo de la memoria.
Así como los recuerdos emergen de las intimidades del alma, así también surgen las experiencias suprasensibles del cuerpo elemental. En el caso de un recuerdo, el alma sabe que se trata de algo relacionado con una experiencia pasada en el mundo de los sentidos, y en una forma similar, la concepción suprasensible implica una relación, Así como el recuerdo, por su misma naturaleza. se presenta como algo que no puede ser descrito como un simple cuadro de la imaginación, así sucede también con la concepción suprasensible. Esta última surge de la experiencia anímica, pero se manifiesta en seguida como una experiencia interna que está relacionada con algo externo.
Una experiencia pasada se hace presente en el alma mediante el recuerdo. Pero es mediante una concepción suprasensible de algo, que alguna vez podrá ser encontrado en alguna parte en el mundo suprasensible, como esa concepción se convierte en una experiencia interna del alma. La misma naturaleza de los conceptos suprasensibles, imprime sobre nuestra mente la necesidad de contemplarlos como comunicaciones de un mundo suprasensible, que se manifiesta en nuestra alma.
El progreso que hagamos en esta forma con nuestras experiencias en los mundos suprasensibles, depende de la cantidad de energía que dediquemos al fortalecimiento de nuestra vida anímica.
Llegar a la convicción de que una planta no es simplemente aquello que percibimos en el mundo de los sentidos, lo mismo que llegar a igual convicción con respecto a toda la tierra, pertenece a la misma esfera de experiencia suprasensible. Si cualquiera que haya logrado la facultad de percibir cuando se encuentra fuera del cuerpo físico, contempla una planta verá, además de lo que sus sentidos le están mostrando, una forma delicada que compenetra la planta. Esta forma se presenta como una entidad de fuerza; y entonces él se verá llevado a considerar esta entidad como aquello que construye la planta con los materiales y las fuerzas del mundo físico, produciendo asimismo la circulación de la savia.
Podrá decir -empleando un símil no del todo apropiado- que hay algo en la planta que pone la savia en movimiento, en la misma forma en que su propia alma mueve su brazo. Observa algo interno en la planta, y debe conceder cierta independencia a este principio interno de la planta en su relación con esa parte que perciben los sentidos. Debe también admitir que este principio interno existía antes de que existiera la planta física.
Entonces, si continúa observando cómo la planta crece, se desarrolla y produce simientes, y cómo nuevas plantas surgen de éstas, verá que la energía suprasensible es especialmente fuerte en las simientes, En este periodo el ser físico es casi insignificante en cierto modo, mientras que la entidad suprasensible se encuentra altamente diferenciada y contiene todo lo que, desde el mundo suprasensible, contribuye al crecimiento de la planta.
Ahora bien, en la misma forma, mediante la observación suprasensible de toda la tierra, descubrimos una entidad de energía que podemos saber con absoluta certidumbre que existía antes de que todo lo sensorialmente perceptible viniera a la existencia. En esta forma llegamos a la experiencia de la presencia de esas fuerzas suprasensibles que cooperaron en la formación y desarrollo de la tierra en el pasado. Lo que así experimentamos podemos muy bien llamarlo entidades, raíces elementales o etéricas, o bien cuerpos elementales de las plantas y de la tierra, así como también llamamos cuerpo elemental o etérico al vehículo con que obtenemos percepciones de otro orden cuando estamos fuera del organismo físico.
Aún al principio, cuando comenzamos a poder observar suprasensiblemente, podemos atribuir entidades-raíces de esta clase a ciertas cosas y procesos, aparte de sus cualidades ordinarias, que son perceptibles en el mundo de los sentidos. Podemos hablar de un cuerpo etérico perteneciente a la planta o a la tierra. Sin embargo, los seres elementales que se perciben en esta forma, no son, absolutamente, los únicos que se revelan a la experiencia suprasensible. Caracterizamos el cuerpo elemental de una planta diciendo que construye una forma con las substancias y fuerzas del mundo físico y por ende, que así manifiesta su vida en un cuerpo físico.
Pero también podemos observar seres que llevan una existencia elemental, sin manifestar su vida en un cuerpo físico y así es como ante la observación suprasensible se revelan entidades que son puramente elementales. No es, como si dijéramos, que experimentamos una adición al mundo físico; experimentamos o percibimos otro mundo, en el que el mundo de los sentidos se presenta como algo que pudiéramos comparar a trozos de hielo flotando en el agua. El observador que sólo pudiera ver el hielo y no el agua, podría muy bien atribuir realidad solamente al hielo y no al agua y similarmente, si sólo tomamos en cuenta aquello que se manifiesta a los sentidos, podemos negar la existencia del mundo suprasensible, del que el mundo de los sentidos, en realidad es sólo una parte, así como los trozos flotantes de hielo son una parte del agua en que sobrenadan.
Ahora es digno de notarse que aquellos que pueden hacer observaciones suprasensibles, describen lo que ven haciendo uso de expresiones tomadas de las percepciones de los sentidos. y así es cómo se habla del cuerpo elemental de un ser perteneciente al mundo de los sentidos, o del de uno puramente elemental, como manifestándose en un cuerpo definido de luz de muchos colores. Estos colores centellean, brillan o radian, y parece que estos fenómenos luminosos y cromáticos fueran la manifestación de su vida.
Pero aquello de que está hablando realmente el observador, es completamente invisible, y él sabe perfectamente que la luz o los colores que describe, tienen tanto que ver con lo que está percibiendo realmente, como la letra en que se comunica un hecho tiene que ver con el hecho mismo. Y, no obstante, esa experiencia suprasensible no es arbitrariamente expresada mediante caprichosas percepciones de los sentidos. El cuadro visto está realmente ante el observador y es similar a una impresión de los sentidos, y esto es así porque durante las experiencias suprasensibles, la liberación del cuerpo físico no es nunca completa.
El cuerpo físico está todavía conectado con el cuerpo elemental, y reduce así las experiencias suprasensibles a una forma perceptible a los sentidos. De esta manera es como la descripción dada de un ser elemental se da como una combinación fantástica de impresiones sensoriales. Pero, a pesar de ello, cuando es dada en esa forma, es una verdadera descripción de lo que se ha experimentado. Porque hemos visto realmente lo que estamos describiendo. El error que puede cometerse no es el de describir la visión como tal, sino el de tomar la visión por la realidad, en vez de aquello que la visión indica: la realidad que está tras ella.
Un hombre que hubiera nacido ciego que nunca hubiera visto los colores, cuando desarrollara la correspondiente facultad perceptiva, no describiría los seres elementales en tal forma que hablara de colores radiantes, haría uso de expresiones que le fueran familiares. Pero para las personas que pueden ver físicamente, es completamente apropiado que en sus descripciones hagan uso de expresiones tales como luz radiante o cuerpo de colores. Con su auxilio pueden dar una impresión de lo que ha visto el observador en el mundo elemental, y esto es así no sólo por lo que respecta a las comunicaciones hechas por un clarividente, (esto es, uno que puede percibir por medio de su cuerpo elemental) a un no-clarividente, sino también para comunicaciones intercambiadas entre clarividentes.
En el mundo de los sentidos, el hombre vive en su cuerpo físico, y este cuerpo envuelve las observaciones suprasensibles en formas perceptibles a los sentidos. Por lo tanto, la descripción de observaciones suprasensibles hecha por medio de las imágenes sensoriales que aquéllas producen, en la vida ordinaria de la tierra es un medio útil de comunicación.
El punto es, que aquél que recibe tales comunicaciones, siente en su alma algo que guarda una verdadera relación con el hecho en cuestión. y en verdad esas imágenes son comunicadas para evocar, precisamente, ese sentimiento o experiencia. Tales como son, no pueden ser encontradas en el mundo exterior. Esa es su principal característica y también la razón porque evocan experiencias o sentimientos que no tienen relación alguna con las cosas materiales.
Al principio de su clarividencia al discípulo le será difícil independizarse de las imágenes. Sin embargo, cuando su facultad se desenvuelva más, sentirá el deseo de inventar medios de comunicación más arbitrarios para describir lo que haya visto, y esto implicará la necesidad de explicar los signos que emplee. Cuanto mayor sean las exigencias de nuestros días demandando la difusión general del conocimiento suprasensible, tanto mayor será la necesidad de aderezar ese conocimiento con expresiones de uso corriente en la vida diaria del mundo físico.
Ahora bien, las experiencias suprasensibles pueden venir al discípulo por sí solas, y entonces tendrá la oportunidad de aprender algo respecto al mundo suprasensible por experiencia personal, según sea más o menos frecuentemente favorecido por ese mundo, al brillar en la vida ordinaria de su alma. Una facultad de orden superior es la de poder obtener percepciones clarividentes a voluntad. El camino hacia el desarrollo de esta facultad es el resultado, ordinariamente, de una continuación enérgica del fortalecimiento interior del alma, pero mucho depende también de establecer cierta nota-clave en el alma. Es necesaria una actitud mental tranquila y calma cuando se afronta el mundo suprasensible -una actitud que está tan lejos por un lado del ardiente deseo de experimentar lo más posible en la forma más clara, como lo está por otra parte de una total falta de interés por ese mundo.
El deseo ardiente tiene un efecto difusivo, que produce algo así como una neblina invisible ante la vista clarividente, en tanto que la falta de interés actúa en tal forma que aunque los hechos suprasensibles se manifiesten realmente, no son notados. Esta falta de interés se muestra de vez en cuando en una forma peculiar. Hay personas que honradamente desean tener alguna experiencia suprasensible, pero se hacen a priori una idea definida acerca de lo que esas experiencias deben ser, para aceptarlas como reales. Entonces, cuando la verdadera experiencia llega, pasan fugitivas sin despertar el menor interés, simplemente porque no eran tales como se las habían imaginado.
En el caso de la clarividencia voluntaria, llega un momento en el curso de la actividad anímica interior, en que sabemos que estamos experimentando algo que jamás habíamos experimentado antes.
Esta experiencia no es definida, pero un sentimiento vago y general nos asegura que no estamos confrontando el mundo exterior de los sentidos, ni tampoco dentro de él, ni siquiera dentro de nosotros mismos, como en la vida ordinaria del alma.
La experiencia exterior y la interior se funden en una, en un sentimiento de vida antes desconocido para el alma, respecto al cual, sin embargo, el alma sabe que no podría sentirlo si estuviera viviendo solamente en el mundo externo por medio de los sentidos o por sus sentimientos y recuerdos ordinarios. Sentimos, además, que durante este estado del alma, hay algo de un mundo antes desconocido que la penetra. No podemos, sin embargo, llegar a un concepto de este algo desconocido. Tenemos la experiencia, pero no podemos formarnos idea de ella.
Así encontramos que cuando tenemos tal experiencia, se produce un sentimiento como si hubiera algún obstáculo en nuestros cuerpos físicos que nos impidiera formarnos un concepto de qué es lo que está penetrando en nuestra alma. Sin embargo, si continuamos los esfuerzos interiores anímicos, sentiremos al cabo de cierto tiempo que nos hemos sobrepuestos a nuestra resistencia corporal. El aparato físico del intelecto sólo era antes capaz de formarse ideas en relación con las experiencias del mundo sensorial.
Es, al principio, incapaz de producir como idea aquello que presiona por manifestarse surgiendo del mundo suprasensible. Por lo tanto, debe ser preparado para que pueda hacerlo. En la misma forma en que un niño está rodeado por el mundo exterior, y tiene que preparar su aparato intelectual, mediante la experiencia en ese mundo, antes de que pueda formar ideas de lo que lo rodea, así también la humanidad en general, es incapaz de formar ideas sobre el mundo suprasensible. El clarividente que desea progresar, prepara su propio aparato para formar ideas de manera que pueda trabajar en un nivel superior, exactamente en la misma forma en que el niño se prepara para trabajar en el mundo de los sentidos. Hace que sus pensamientos fortalecidos trabajen sobre este aparato, y como natural consecuencia, éste es poco a poco remodelado; se hace capaz de incluir el mundo suprasensible en el reino de sus ideas.
Así vemos, pues, cómo mediante la actividad anímica, podemos influir y remodelar nuestro propio cuerpo. Al principio, el cuerpo obra como un poderoso contrapeso a la vida del alma; lo sentimos como un cuerpo extraño dentro de nosotros.
Pero poco a poco notamos cómo se va adaptando más y más a las experiencias del alma, hasta que, finalmente, no lo sentimos absolutamente, sino que nos encontramos con que el mundo suprasensible está ante nosotros, en la misma forma en que no sentimos la existencia del ojo con la que estamos mirando el mundo de los colores. El cuerpo, por lo tanto, debe hacerse imperceptible, antes de que el alma pueda contemplar el mundo suprasensible.
Cuando en esta forma hemos logrado deliberadamente convertirnos en clarividentes, podremos, por regla general, reproducir ese estado a voluntad si nos concentramos en algún pensamiento que seamos capaces de experimentar en forma particularmente poderosa, dentro de nosotros mismos. Y como resultado de entregarnos de esa manera a un pensamiento dado, se presenta la clarividencia.
Al principio no podemos ver nada definido que deseemos ver especialmente. Cosas o acontecimientos suprasensibles, para las que no estamos preparados en ninguna forma, o que deseamos evocar, se introducirán en la vida del alma. Pero, sin embargo, continuando nuestros esfuerzos interiores, llegaremos también a adquirir la facultad de dirigir el ojo espiritual hacia aquellas cosas que deseamos investigar.
Cuando hemos olvidado una experiencia, tratamos de traerla a nuestra memoria evocando en la mente algo relacionado con esa experiencia; y en la misma forma, como clarividentes, podemos tratar de comenzar por una experiencia que razonablemente está ligada con lo que queremos encontrar. Al entregarnos con intensidad a la experiencia conocida, encontraremos, tarde o temprano, esa experiencia que estábamos buscando. Sin embargo, en general, es digno de notarse que es de la mayor importancia para el clarividente esperar tranquilamente el momento propicio.
No deberíamos desear atraer nada. Si la experiencia deseada no llega, es mejor abandonar la investigación por un tiempo y tratar de conseguir una oportunidad en otro momento. El aparato humano de la cognición necesita desarrollarse tranquilamente hasta el nivel de ciertas experiencias. Si no tenemos la paciencia de esperar ese desenvolvimiento, haremos observaciones incorrectas o erróneas.

17 de julio de 2008

Sud-America lugar elegido.


He querido hacer un alto en relación a los post, para mostrar a muchos que por cualesquiera motivos no hayan sabido del libro Las Claves de Enoc, que hay en una de las páginas finales, en la última específicamente está la lámina que precede a esta información. Tiene varias implicancias y connotaciones, pero también muestra de manera clara cual es la zona donde ya hay retículos energéticos preestablecidos desde hace mucho por los Maestros de Luz y que empezarán a operar al mediano plazo, se hace importante ir estableciendo contactos entre todos en relación a la necesidad de estar comunicados por las muchas cosas que ocurrirán. La gente espera el cumplimiento de las profecías Mayas, como si estas ocurriesen por si solas y esa es otra de las grandes desinformaciones. Lo del calendario Maya y el 2012 serían una culminación de eventos de los cuales fuimos o estamos siendo protagonistas, aunque la gran mayoría sea inconsciente al respecto, pero como todo en la Luz, esto es resultado de trabajo, trabajemos también en nuestra unión, acerquémonos, pongámonos en contacto unos con otros, sin miedo, seamos capaces de mostrarnos abiertamente, mas vale "ahora" prepararse, que reaccionar en forma tardía sin opciones.

    En el presente o sea, 2018 hemos visto y comprobado que no hubo mayores cambios el 2012, y todo indica que hubo manipulación planetaria al respecto.

     América completa pero en especial América del Sur tienen un rol importante en todos los cambios por desarrollarse, será el continente donde habrá mas protección y mayor preparación el resto del mundo correrá mucho peligro.
El que quiera ponerse en contacto conmigo, desde ya puede hacerlo, ya saben mi correo, está en mi perfil. Todo el trabajo del blog persigue una preparación para los trabajadores de Luz, a todos los cambios que comienzan a desarrollarse cada vez más rápidos, no es una forma de vida, como una moda, es la preparación al cambio para el fin de este ciclo de tiempo. Un gran cambio en la conciencia.

12 de julio de 2008

GUIA PARA EL CONOCIMIENTO DE SI MISMO. 2ª


SEGUNDA MEDITACION
En la que se intenta formarse un verdadero Concepto del Cuerpo Elemental o Etérico.
Dada la idea que el alma tiene que formarse en relación con el hecho de la muerte. puede ser forzada a una incertidumbre completa por lo que toca a su propio ser. y se producirá este caso cuando crea que no puede obtener conocimiento de cualquier otro mundo, que no sea el mundo de los sentidos y de aquello que el intelecto sea capaz de comprobar acerca de ese mundo. La vida ordinaria del alma dirige su atención al cuerpo físico. Vea ese cuerpo absorbido después de la muerte en el laboratorio de la Naturaleza, lo que no tiene conexión con lo que el alma ha experimentado como propia existencia antes de la muerte.
El alma puede saber (mediante la meditación precedente) que el cuerpo físico, durante la vida, mantiene la misma relación con la Naturaleza que después de muerto, pero esto no conduce más allá del conocimiento acerca de la dependencia interna de sus propias experiencias hasta el momento de la muerte.
Lo que ocurre al cuerpo físico después de la muerte, es evidente mediante la observación de1 mundo exterior. Pero esta observación no es posible con respecto a la experiencia interna. Mientras el alma se percibe a sí misma por medio de los sentidos en su vida ordinaria, no puede ver más allá de los límites de 1a muerte. Si el alma es incapaz de formarse ideas que vayan más allá del mundo exterior, que absorbe su cuerpo al morir, entonces no hay posibilidad alguna para ella respecto a todo lo que concierne a su propio ser, salvo la de mirar hacia la nada y el vacío del otro lado de la muerte.
Si no es así, entonces el alma tiene que percibir el mundo exterior por otros medios que no sean los sentidos y el intelecto a ellos ligado. Estos pertenecen al cuerpo y se disuelven con él. Lo que ellos nos dicen no puede conducir a otra cosa que no sea el resultado de la primera meditación. Y este resultado consiste meramente en que el alma se diga a si misma “Estoy sujeta a mi cuerpo. Este cuerpo está sujeto a leyes naturales que guardan conmigo la misma relación que todas las demás leyes naturales.
Mediante ellas me convierto en miembro del mundo exterior, cuyo hecho realizo distintamente al considerar lo que al mundo hace con mi cuerpo después de la muerte. Durante la vida me proporciona los sentidos y el intelecto, lo que me impide ver el verdadero estado de las cosas con respecto a mis experiencias, después de la muerte.
Y esta relativa conclusión sólo puede conducir a dos resultados. O bien se suspende toda investigación ulterior acerca del misterio del alma, abandonando todo esfuerzo para adquirir conocimiento en este sentido; o bien se hacen esfuerzos para obtener mediante la experiencia interna del alma, lo que el mundo exterior rehúsa. Estos esfuerzos pueden producir un aumento de poder y energía con respecto a la experiencia interna, que no podría obtenerse de otro modo en la vida ordinaria.
En la vida ordinaria, el hombre tiene cierta cantidad de energía en sus experiencias internas, en su vida del sentimiento y del pensamiento. Por ejemplo, él puede pensar cierto pensamiento con tanta frecuencia como se produzca un impulso interno o externo que lo incite a ello.
Sin embargo, puede elegir voluntariamente un pensamiento dado y repetirlo una y otra vez sin ningún motivo externo, y con una energía tan intensa que lo haga vivir como una realidad interior. Y ese pensamiento, mediante repetidos esfuerzos, puede ser convertido en el objeto exclusivo de nuestra experiencia interna y mientras así lo hacemos, podemos mantener alejadas todas las impresiones y recuerdos o memorias que pudieran surgir en el alma. Y entonces es posible entregarse tan por completo a ciertos pensamientos o sentimientos, con exclusión de cualesquiera otros, hasta poder convertirlos en una realidad interna.
Sin embargo, si tal experiencia interna ha de conducir a resultados realmente importantes, debe llevarse a cabo de acuerdo con ciertas leyes probadas. Dichas leyes están registradas por la ciencia de la vida espiritual. En mi obra “La Iniciación” se mencionan un gran número de estas reglas o leyes. Con ese método se obtiene la vigorización de los poderes de la experiencia interna. Esta experiencia se condensa en cierta forma. El resultado de esto lo conoceremos mediante la observación de nosotros mismos cuando la actividad interna descrita ha sido continuada durante un tiempo suficientemente largo.
Es verdad que se necesita mucha paciencia antes de que aparezcan resultados convincentes. Pero si no estamos dispuestos a ejercitar esa paciencia durante años enteros, nunca obtendremos nada de importancia.
Aquí solo es posible dar un ejemplo de esos resultados, porque los hay de muchas clases, y el que aquí se menciona es apropiado para coadyuvar y adelantar el método particular de meditación que estamos describiendo.
Un hombre puede llevar a cabo el fortalecimiento interno de la vida de su alma, como se ha indicado, durante un largo período, sin que nada haya ocurrido en su vida interna que le haga variar su forma de pensar usual con respecto al mundo. Súbitamente, sin embargo, puede ocurrirle lo siguiente. Naturalmente, el incidente que vamos a describir puede no ocurrir exactamente en la misma forma a dos personas diferentes. Pero si llegamos a la concepción de una experiencia de esta clase, habremos logrado la comprensión de todo el asunto en cuestión.
Puede llegar un momento en que el alma logre una experiencia interna de sí misma en una forma completamente nueva. Al principio ocurrirá generalmente que el alma, durante el sueño, se despierte, por decirlo así en un sueño. Pero en seguida sentimos que esta experiencia no puede ser comparada con un sueño ordinario. Estamos completamente aislados del mundo de los sentidos y del intelecto, y sin embargo, sentimos esta experiencia en la misma forma que si estuviéramos completamente despiertos ante el mundo exterior en la vida corriente.
Con ese objeto empleamos ideas análogas a las que tenemos en la vida ordinaria, pero sabemos muy bien que estamos experimentando cosas diferentes de las que normalmente están unidas a esas ideas. Esas ideas se emplean solamente como medios de expresar una experiencia que no habíamos tenido nunca antes, y que podemos ver es imposible para nosotros tenerla en la vida ordinaria.
Sentimos, por ejemplo, como si estuviéramos rodeados por una tormenta. Oímos el trueno y vemos los relámpagos, y sin embargo, sabemos que estamos en nuestra habitación. Nos sentimos compenetrados por una fuerza que antes nos era completamente desconocida. Entonces nos imaginamos que vemos rajaduras en las paredes en torno nuestro, y nos decimos a nosotros mismos, o a alguno que creamos está cerca de nosotros: “Me encuentro en grandes dificultades, los rayos atraviesan la casa y se apoderan de mí. Los siento que me toman y me disuelven”.
Cuando esta serie de representaciones ha pasado, la experiencia interior pasa de nuevo a las condiciones ordinarias del alma. Nos encontramos de nuevo en nosotros mismos, pero con la memoria de la experiencia que hemos tenido. Sí esta memoria es tan vívida y correcta como cualquier otra, nos permitirá formarnos una opinión de la experiencia.
Y entonces conocemos inmediatamente que hemos pasado por algo que no puede ser experimentado por ningún sentido físico, ni por la inteligencia ordinaria, porque sentimos que la descripción dada y comunicada a otros o a nosotros mismos, es sólo un modo de expresar esa experiencia. Aunque la expresión sea un medio de comprensión, la experiencia en sí nada tiene de común con ella. Sabemos que no necesitamos ninguno de nuestros sentidos para tener dicha experiencia.
Aquel que la atribuyera a una actividad oculta de los sentidos o del cerebro, no conoce en realidad el verdadero carácter de esta experiencia. Lo que hace es adherirse a la descripción que habla de rayos, truenos, rajaduras en las paredes, y, por consiguiente, cree que esta experiencia del alma es solamente un eco de la vida ordinaria. Considera la cosa como una visión en el sentido ordinario de la palabra. No puede verlo de otra manera. No toma en consideración, sin embargo, que cuando uno describe esa experiencia, está empleando las palabras rayos, truenos, rajaduras en las paredes, como representaciones de lo que se ha experimentado, y que uno no debe tomar la representación por la experiencia misma.
Es verdad que la cosa parece como si uno hubiera visto realmente esos cuadros. Pero uno no se encontraba en la misma relación con el fenómeno de los relámpagos o rayos en este caso, como cuando los está viendo con los ojos físicos; uno ve a través del rayo algo que está tras él y que es completamente diferente: contempla algo que no puede ser experimentado en el mundo exterior de los sentidos.
Con objeto de que pueda juzgarse correctamente, es necesario que el alma que ha tenido tales experiencias, una vez que estas han pasado, se encuentre sobre una base sólida respecto al mundo exterior ordinario. Debe ser capaz de contrastar claramente lo que ha tenido como experiencia especial, con sus experiencias ordinarias en el mundo exterior. Aquellos que en la vida ordinaria están ya predispuestos a dejarse llevar por toda clase de fantasías respecto a todas las cosas, son los más incapaces de juzgar con rectitud. Cuanto más sano, quizás cuanto más sobrio, sea el sentido de la realidad que uno tenga, tanto mejor podremos formarnos un juicio valioso de tales cosas. Uno solo puede lograr confianza en las experiencias suprasensibles, cuando siente respecto al mundo ordinario, que percibe claramente sus procesos y objetos tal como realmente son.
Cuando en esta forma quedan reunidas todas las condiciones necesarias. y tenemos razones para creer que no hemos sido engañados por una visión ordinaria, entonces sabemos que hemos tenido una experiencia en la que el cuerpo no estaba transmitiendo percepciones. Hemos logrado una percepción directa mediante el fortalecimiento del alma, fuera del cuerpo. Hemos obtenido la certidumbre de una experiencia fuera del cuerpo.
Es evidente que en esta esfera, las diferencias naturales entre la fantasía o la ilusión, y la verdadera observación hecha fuera del cuerpo, no pueden ser indicadas en otra forma que en el reino de la percepción externa de los sentidos. Puede acontecer que alguno tenga una imaginación muy activa con respecto al gusto. y, por lo tanto, con solo pensar en la limonada, tenga la misma sensación que si la estuviera bebiendo realmente. La diferencia, sin embargo, en tal caso es evidente, dada la asociación natural en las circunstancias actuales de la vida.
Y así sucede también con esas experiencias que se tienen fuera del cuerpo. Con objeto de llegar a un concepto plenamente convincente en esta esfera, es necesario que nos familiaricemos con ella en una forma perfectamente sana, adquiriendo la facultad de observar los detalles de la experiencia y de corregir unas cosas mediante las otras.
Mediante una experiencia como la descrita, obtenemos la posibilidad de observar lo que pertenece a nuestro propio ser, no solamente mediante los sentidos y el intelecto, -o en otras palabras los instrumentos corporales- sino por otros medios.
Ahora, no solamente sabemos algo más acerca del mundo, que lo que esos instrumentos nos permiten conocer, sino que, además, lo sabemos en una forma diferente, y esto es especialmente importante. Un alma que pase por esta transformación interior, comprenderá más y más claramente que los oprimentes problemas de la existencia no pueden ser resueltos en el mundo de los sentidos, porque los sentidos y el intelecto no pueden penetrar bastante profundamente en el mundo en conjunto. Las almas que así se transforman para ser capaces de lograr experiencias fuera del cuerpo, pueden penetrar en esos problemas con mayor profundidad; y precisamente en lo que ellas han dejado escrito acerca de sus experiencias, es donde se encuentran los medios para resolver los enigmas del alma.
Ahora bien una experiencia que tiene lugar fuera del cuerpo es de naturaleza completamente diferente de las que se hacen corporalmente. Esto se ve por la opinión misma que puede formarse acerca de las experiencias descritas, cuando, una vez pasadas, se restablece la condición de vigilia ordinaria, y la memoria ha recuperado su estado claro y vívido. El alma siente el cuerpo físico como una cosa separada del resto del mundo, y parece tener una existencia real solo en cuanto pertenece al alma. No es así, sin embargo, con lo que experimentamos dentro de nosotros cuando estamos fuera del cuerpo, porque entonces nos sentimos ligados con todo lo que pudiéramos llamar el mundo externo.
Lo que nos rodea se siente como si nos perteneciera, como si fueran nuestras manos en el mundo de los sentidos. No hay indiferencia hacia el mundo exterior, cuando llegamos al alma del mundo interno.
Nos sentimos completamente entretejidos con lo que aquí podríamos llamar el mundo. Sentimos sus actividades en forma de corrientes que atravesaran nuestro propio ser. No hay una línea divisoria distinta entre un mundo interior y un mundo exterior. Lo que nos rodea pertenece al alma que observa como las dos manos físicas pertenecen a nuestra cabeza física.
A pesar de esto, sin embargo, podemos decir que una cierta parte de este mundo exterior nos pertenece más que el resto que nos rodea, en la misma forma en que hablamos de la cabeza como independiente de las manos o de los pies. Así como el alma llama “su cuerpo” a una parte del mundo físico externo. así también cuando vive fuera del cuerpo, puede considerar una parte del mundo externo suprasensible como si le perteneciera. Cuando penetramos en observación al reino accesible a nosotros, más allá del mundo de los sentidos, podemos muy bien decir que un cuerpo, que no perciben los sentidos, nos pertenece. Podemos llamar este cuerpo, el cuerpo etérico o elemental, pero al emplear la palabra “etérico” no debemos permitir que se establezca en nuestra mente ninguna conexión con ese estado de materia sutil que la ciencia llama “éter”.
Así como la simple reflexión sobre la relación existente entre el hombre y el mundo exterior de la Naturaleza, conduce al concepto del cuerpo físico, lo que está de acuerdo con los hechos, así también la jornada del alma a los reinos perceptibles fuera del cuerpo físico, conduce al reconocimiento de un cuerpo elemental o etérico.

5 de julio de 2008

GUIA PARA EL CONOCIMIENTO DE SI MISMO


Como una manera de matizar y hacer más alegre y menos ¿denso? estos temas, voy a colocar un texto de alguien que nos puede trasponer, puede llegar a expandir nuestra conciencia, con su sola lectura, como se darán cuenta me refiero a don Rudolf Steiner.


Estamos hablando de algo muy importante, el conocernos a nosotros mismos, el saber quienes somos, pero me doy cuenta que a la mayoría le faltan herramientas para esto, por dicha razón aquí va otra gran ayuda de este iniciado, así espero que podamos irnos conociendo en algunas partes para después derivar a las implicaciones más profundas (el lado oscuro).

¡¡Que lo disfruten!!



INTRODUCCION
El objeto de este tratado es el de transmitir conocimiento concerniente al ser humano. El método de representación está arreglado en tal forma que el lector va identificándose con lo que se va describiendo, de manera tal que, en el curso de la lectura, ésta se convierte en una especie de auto-conferencia. Si este soliloquio toma una forma tal que las fuerzas que pueden despertarse en toda alma, y que hasta entonces permanecían ocultas, se revelen, entonces esta lectura conduce a un verdadero trabajo interior anímico; y el alma puede entonces verse gradualmente impelida a hacer ese viaje anímico que verdaderamente la conduciría a la contemplación del mundo espiritual. Lo que se tenía que impartir, por lo tanto, se da en forma de ocho meditaciones que pueden practicarse efectivamente.
Si así se hace, pueden ser adoptadas para provocar en el alma mediante su propia profundización íntima, eso de que en ellas se habla.
Por un lado, ha sido mi objeto dar algo a aquellos lectores que ya están familiarizados con la literatura que trata de las cosas suprasensibles, según esto se entiende aquí. Y así, por el estilo de la descripción, por la comunicación directamente relacionada con la experiencia anímica, quizás aquellos que tienen conocimiento de la vida suprasensible encontrarán algo que pueda parecerles de importancia. Por otra parte, muchos encontrarán que por este método de representación, pueden obtener bastante provecho muchos que están aún aún distantes de las realizaciones de la ciencia espiritual.
Aunque esta obra es como una ampliación de mis otros escritos en el dominio de la ciencia espiritual, puede ser leída independientemente de ellos.
En mis obras “Teosofía” y la “Ciencia Oculta” me esforcé en representar las cosas tal como se muestran a la observación humana, cuando ésta asciende a lo Espiritual. En esas obras, el método de representación es descriptivo, y su dirección está prescripta de conformidad con la ley expresada por las cosas mismas. En este libro, sin embargo, el método de representación es diferente, Aquí se describe lo que puede experimentar un alma cuando comienza a caminar por el sendero del espíritu de cierta manera. Este tratado puede, por lo tanto, ser considerado como una relación de las experiencias del Alma. Pero debe tenerse en cuenta que las experiencias obtenidas en esta forma, tal como se describen aquí, deben asumir una forma individual en cada uno, de acuerdo con sus propias peculiaridades.
Me he esforzado en hacer justicia a este hecho, de manera que uno pueda imaginarse que lo aquí descrito ha sido realmente vivido por un alma individual, tal como se representa. El título de este tratado es, por consiguiente “Una Guía para el Conocimiento de Sí Mismo”. Puede ayudar a otras almas a vivir esta proyección en los mundos espirituales y llegar a la meta correspondiente, y es en realidad una ampliación de mi libro “La Iniciación”.
Solamente se exponen aquí experiencias fundamentales de naturaleza espiritual científica. Dar informaciones en esta forma respecto a otras esferas de la Ciencia Espiritual, queda suspendido por el momento.
Rudolf Steiner (Agosto de 1912)

PRIMERA MEDITACION
En la que se intenta obtener una Verdadera Idea del Cuerpo Físico.
Cuando el alma se sumerge en los fenómenos del mundo exterior, por medio de la percepción física, no puede decirse -después de un verdadero auto-análisis- que el alma perciba esos fenómenos, o que realmente experimente las cosas del mundo externo. Porque durante el tiempo de su entrega, en su devoción al mundo exterior, el alma en realidad nada sabe de sí misma. El hecho en realidad es, más bien, que la luz solar, radiando de las cosas por el espacio en diversos colores, vive o se experimenta a sí misma en el alma. Cuando el alma goza de un acontecimiento cualquiera, en el momento de goce ella es realmente gozo, en cuanto sea consciente de ser algo.
El goce se experimenta en el alma. El alma es una con su experiencia del mundo. No se siente a sí misma como algo separado que siente alegría, goce, admiración, satisfacción o miedo. Es, en realidad, alegría, admiración, satisfacción o miedo. Si el alma admitiera siempre este hecho, entonces, y sólo entonces, aparecerían en su verdadera luz las ocasiones cuando se retira experiencia del mundo exterior y se contempla a sí misma.
Estos momentos aparecerían entonces como formando una vida de carácter completamente especial, que enseguida se vería es del todo distinto de la vida ordinaria del alma. Y es con esta clase de vida especial cómo comienzan a despuntar en la conciencia los misterios de la existencia psíquica, y estos misterios, a su vez, son en realidad la fuente de todos los demás misterios del mundo. Porque dos mundos -uno interior y el otro exterior- se presentan al espíritu del hombre, tan pronto como el alma durante un tiempo más o menos largo, deja de ser una con el mundo exterior y se retira a la soledad de su propia existencia.
Ahora bien, esta retirada o retraimiento no es ningún proceso simple, que, una vez llevado a cabo pueda ser repetido de nuevo en la misma forma. Es más bien algo así, como el comienzo de un viaje o jornada hacia mundos antes desconocidos.
Una vez que se ha dado comienzo a esta jornada, cada paso evocará o dará origen a otros, y será a la vez la preparación de los siguientes. Es el primer paso el que capacita al alma para dar el siguiente, y cada paso aporta un conocimiento más completo acerca de la contestación a la pregunta: “¿Qué es el hombre en el verdadero sentido de la palabra?”. Mundos se abren que antes estaban ocultos al concepto ordinario de la vida y sin embargo, sólo en esos mundos pueden encontrarse los hechos que revelarán la verdad acerca de ese mismo concepto. Y aún cuando ninguna respuesta demostrara ser omniabarcante y final, las respuestas obtenidas en esa jornada anímica interna, van más allá de cuanto los sentidos, o el intelecto a ellos ligado, pueden dar jamás. Porque este “algo más” es necesario al hombre, y encontrará que es así, cuando realmente y seriamente analice su propia naturaleza.
Para principiar esta jornada por los reinos de nuestra propia alma, son necesarios sentido común y rígida lógica. Forman un punto de partida seguro para lanzarse a los reinos suprasensibles, que el alma después de todo, está ansiosa por alcanzar.
Muchas almas preferirían no preocuparse de tal punto de partida, dando más bien un salto hacia esos mundos suprasensibles, pero toda alma sana, aún sí al principio hubiera eludido esas consideraciones como desagradables, acaba por someterse a ellas más tarde. Porque por mucho que sea tal conocimiento que uno haya obtenido de los mundos suprasensibles, saliendo de otro punto de partida, sólo se puede obtener una base sólida siguiendo los métodos y razonamientos expuestos aquí.
En la vida del alma puede llegar un momento en que ésta se diga a si misma: “Debes retraerte de todo lo que un mundo exterior pueda darte, si no te quieres ver forzada a confesar que eres solamente un “Ser Sin Sentido” experimentándose a sí mismo; pero esto haría la vida imposible, porque es bien claro que lo que uno percibe en torno suyo existe independientemente de uno: existía sin mí y continuará existiendo sin mí. ¿Por qué entonces se perciben los colores en mí, mientras que mi percepción bien puede ser sin importancia o consecuencia para ellos ¿Por qué construyen mi cuerpo las fuerzas y substancias del mundo externo? Detenido pensamiento probará que este cuerpo sólo adquiere vida como manifestación externa de mí. Es una parte del mundo externo transformada en mí. Y, además realizo que me es necesario.
Porque, para principiar, yo no podría tener ninguna experiencia interior sin mis sentidos, que sólo el cuerpo ruede poner a mi disposición. Yo estaría vacío sin mi cuerpo, como lo estaba en el principio, El me da, por medio de los sentidos, substancia y plenitud interiores. Y entonces seguirán todas esas reflexiones que son esenciales a toda humana existencia, si uno no quiere ponerse en insoportable contradicción con uno mismo en ciertos momentos que llegan a todo ser humano. Este cuerpo -tal como existe en este momento- es la expresión de la experiencia del alma. Sus procesos son tales como para permitir al alma vivir en él y obtener experiencia de sí misma por su intermedio.
Un tiempo llegará, sin embargo, cuando esto no será así. La vida del cuerpo quedará algún día sujeta a leyes completamente diferentes de las que hoy obedece mientras vive para mi y para que yo pueda obtener mi experiencia anímica. Quedará sujeto a esas leyes de acuerdo con las cuales obran las fuerzas y substancias de la naturaleza, y que nada tienen que hacer conmigo y con mi vida. El cuerpo, al que debo la experiencia de mi alma, será absorbido por los procesos generales del mundo y existirá allí en una forma que nada tiene de común con lo que lo experimento dentro de mí mismo.
Esta reflexión puede evocar en la experiencia interior todo el horror del pensamiento de la muerte, pero sin mezcla de los sentimientos meramente personales que ordinariamente suelen relacionarse con este pensamiento. Cuando tales sentimientos personales prevalecen, no es fácil establecer la calma, ese estado deliberado de la mente necesario para la adquisición del conocimiento. Es natural que el hombre quiera saber algo sobre la muerte y sobre una vida del alma independiente de la disolución del cuerpo.
Pero la relación existente entre el hombre mismo y estas cuestiones es, quizás más que nada en el mundo, lo más apropiado para confundir su juicio objetivo y para inducirlo a aceptar como respuestas genuinas sólo aquellas que están inspiradas por sus propios deseos. Porque es imposible obtener verdadero conocimiento de cualquier clase en los mundos espirituales, sin estar dispuestos a aceptar con completo desinterés personal un “No” con la misma facilidad que un “Sí”. Y sólo necesitamos mirar conscientemente dentro de nosotros mismos, para estar convencidos distintamente del hecho de que no aceptamos el conocimiento de una extinción de la vida del alma junto con la muerte del cuerpo, con la misma ecuanimidad que el conocimiento opuesto, que enseña que el alma continúa existiendo después de la muerte.
Sin duda alguna, hay gente que honradamente cree en la aniquilación del alma al extinguirse la vida del cuerpo, y que disponen sus vidas de acuerdo con su creencia, pero aún estas personas no dejan de tener sus prejuicios respecto a tal creencia. Es verdad que no permiten que el miedo de la aniquilación y el deseo de continuar existiendo, se lleven lo mejor de las razones que haya distintamente en favor de dicha aniquilación, hasta cierto punto.
El concepto de esas personas es más lógico que el de otros que inconscientemente construyen o aceptan argumentos en favor de una existencia continuada, porque hay un ardiente deseo en las profundidades de sus almas por dicha existencia continuada. No obstante, la opinión de los que niegan la inmortalidad no es menos parcial, sólo que en forma diferente. Entre ellos hay algunos que construyen una cierta idea de lo que es la vida y la existencia.
Esta idea los fuerza a pensar en ciertas condiciones, sin las cuales la vida es imposible. Su opinión sobre la existencia los conduce a la conclusión de que las condiciones de la vida del alma no pueden seguir presentes cuando aquella se separa del cuerpo, y esas personas no notan que ellas han sentado desde el mismo principio una idea de las condiciones necesarias para la existencia de la vida, y no pueden creer en una continuación de ella después de la muerte, por la sencilla razón de que de acuerdo con su propia idea preconcebida, no hay posibilidad de imaginar una existencia sin cuerpo, y aún cuando no estuvieran así fanatizados por sus propios deseos, están limitados por su propia idea, de la que no pueden emanciparse.
Mucha confusión prevalece aún en estas materias, y sólo son necesarios pocos ejemplos para demostrar las futuras posibilidades que existen en esa dirección. Por ejemplo, el pensamiento de que el cuerpo, por medio de cuyos procesos el alma manifiesta su vida, será abandonado al mundo exterior, y seguirá entonces sujeto a leyes que no tienen relación con la vida interior, pone la experiencia de la muerte ante el alma en tal forma que ninguna consideración o deseo personal necesitan entrar en la mente. Y mediante este pensamiento somos guiados a una cuestión simple e impersonal, de conocimiento abstracto. Entonces, también apuntará el pensamiento de que la idea de la muerte no es importante en sí misma, sino en cuanto ella pueda arrojar luz sobre la vida, y entonces tendremos que llegar a la conclusión de que es posible comprender el problema de la vida por medio de la comprensión de la naturaleza de la muerte.
El hecho de que el alma desee continuada existencia, debería, en toda circunstancia, ponernos en guardia contra cualquier opinión que el alma misma se forme acerca de su propia inmortalidad. Porque, ¿por qué los hechos del mundo prestarían la menor atención a los sentimientos del alma? Es un pensamiento posible que el alma, cual una llama producida por un combustible, meramente surja de la substancia del cuerpo y con él se extinga. Y en realidad, la necesidad de formarse alguna opinión respecto a su propia naturaleza, bien podría guiar al alma a este pensamiento, con el resultado de que entonces se sentiría a sí misma desprovista de todo significado. Sin embargo, este pensamiento podría ser la verdadera realidad del asunto, aunque ello hiciera sentirse al alma sin significado.
Cuando el alma vuelve sus ojos al cuerpo, sólo debería tomar en consideración lo que el cuerpo le puede revelar. Entonces parecería como si en la naturaleza estuvieran activas esas leyes que arrastran substancias y fuerzas en un proceso de cambio continuo, y como si esas leyes controlaran el cuerpo y sólo después de un intervalo lo arrastraran en el proceso general de cambio mutuo entre la fuerza y la materia.
Podemos presentarnos esto en cualquier forma que queramos: puede ser científicamente admisible.
Pero con respecto a la verdadera realidad, es completamente imposible. Podrá parecernos la única idea científicamente clara y razonable, y que todo lo demás no son más que creencias subjetivas, podemos imaginárnoslo así, pero no podemos adherirnos a esta idea con una mente libre de todo prejuicio. Y ese es el punto. No lo que el alma de acuerdo con su propia naturaleza siente ser una necesidad, sino solamente aquello que el mundo exterior, al que pertenece el cuerpo, hace evidente por sí mismo, es lo que debe tomarse en consideración.
Después de la muerte, este mundo externo absorbe la materia y las fuerzas del cuerpo, el que entonces sigue y está sujeto a leyes que son completamente indiferentes a lo que ocurre en el cuerpo durante la vida. Estas leyes (que son de naturaleza física y química) tienen la misma relación con el cuerpo como con cualesquier otras cosas inanimadas del mundo exterior, y es imposible imaginarse que esta indiferencia del mundo exterior con respecto al cuerpo humano empiece solamente en el momento de la muerte, y no hubiera existido durante la vida.
Una idea de las relaciones entre nuestro cuerpo y el mundo físico, no puede obtenerse de la vida, sino solamente imprimiendo en nuestra mente el pensamiento de que todo lo que nos pertenece como vehículo de nuestros sentidos, y como medios por los cuales el alma realiza su vida -todo esto es tratado por el mundo físico en una forma que sólo se hace clara cuando miramos más allá de los límites de nuestra vida física y consideramos que llegará un momento cuando no tendremos en torno nuestro el cuerpo en que ahora estamos adquiriendo experiencia de nosotros mismos. Todo otro concepto de la relación entre el mundo externo y el cuerpo produce la sensación de que no está de acuerdo con la realidad. Sin embargo. la idea de que sólo desde el momento de la muerte se revela la verdadera relación entre el cuerpo y el mundo externo, no contradice ninguna experiencia real ni del mundo externo ni del interno.
El alma no siente este pensamiento como insoportable, no le es penoso que la materia y las fuerzas de su cuerpo sean entregadas a los procesos del mundo exterior que nada tienen que ver con su propia vida. Entregándose por completo a la vida en forma perfectamente libre de prejuicios, no puede descubrir en sus propias profundidades ningún deseo que surja del cuerpo. que haga desagradable el pensamiento de la disolución de éste después de la muerte, la idea sólo se torna penosa cuando implica que la materia y las fuerzas del cuerpo, al volver al mundo exterior, se llevan consigo el alma y las experiencias de su vida. Esta idea sería insoportable por la misma razón que cualquier otra idea que no descanse confiadamente en la manifestación del mundo exterior.
Atribuir al mundo externo una relación completamente diferente con el cuerpo mientras dura la vida y otra después de la muerte, es una idea absolutamente fútil, y como tal será siempre repelida por la realidad; mientras que la idea de que la relación entre el mundo exterior y el cuerpo permanece la misma antes y después de la muerte, es completamente sana.
El alma al mantener este último punto de vista se siente perfectamente en armonía con la evidencia de los hechos. Siente que esta idea no está en conflicto con los hechos que hablan por sí mismos, y a los cuales no es necesario agregar ningún pensamiento artificial.
No siempre es uno capaz de observar y apreciar en qué perfecta armonía se encuentran los sentimientos sanos y naturales del alma con las manifestaciones de la naturaleza. Esto puede parecer tan evidente que no necesite comentario alguno, y, sin embargo, este hecho aparentemente insignificante es sumamente ilustrativo y luminoso. La idea de que el cuerpo sea disuelto en los elementos, nada tiene de insoportable, pero, por otro lado, el pensamiento de que el alma comparte el destino del cuerpo es absurdo.
Hay muchas razones personales y humanas que prueban esto, pero esos razonamientos deben ser dejados a un lado en la investigación objetiva.
Aparte de estas razones, sin embargo, la atención impersonal a las enseñanzas del mundo exterior, demuestra que no puede atribuirse una inf1uencia diferente al mundo externo sobre el alma antes y después de la muerte. El hecho es concluyente; esta idea se presenta como una necesidad y se mantiene contra todas las objeciones que puedan elevarse contra ella. Todo el que medite este pensamiento, plenamente consciente de sí mismo, sentirá su decisiva verdad. Y en realidad, tanto el que cree, como el que niega la inmortalidad, piensan de esta manera. Los segundos dirán probablemente que las condiciones de los procesos corporales durante la vida están involucrados en las leyes que rigen el cuerpo después de la muerte; pero se equivocan si creen realmente que pueden imaginar que estas leyes guardan relación diferente con el cuerpo durante la vida, mientras es vehículo de1 alma, que la que existe después de la muerte.
La única idea posible en sí misma es que la combinación especial de fuerzas, que viene a la existencia junto con el cuerpo, se mantiene tan indiferente al cuerpo en su carácter de vehículo del alma, como esas combinaciones de fuerzas que producen los procesos en el cuerpo muerto. Esta indiferencia no existe de parte del alma, sino de parte del último y de las fuerzas del cuerpo.
El alma adquiere experiencia de sí misma por medio del cuerpo, pero el cuerpo vive en con y por medio del mundo externo, y no concede mayor importancia a los fenómenos psíquicos que a los del mundo exterior. Uno llega a la conclusión de que el calor y el frío del mundo exterior tienen una influencia sobre la circulación de la sangre en nuestro cuerpo, que es análoga a las emociones de miedo y de vergüenza que existen en el alma.
Así que, en primer término, sentimos dentro de nosotros las leyes del mundo exterior, que están activas en esa combinación especial de materiales, que se manifiesta bajo la forma del cuerpo humano. Sentimos este cuerpo como miembro del mundo exterior, pero permanecemos en la ignorancia por lo que toca a su trabajo interno. La ciencia exterior de nuestros días nos da algunas informaciones respecto a cómo se combinan las leyes del mundo externo con esa entidad particular que se presenta como cuerpo humano. Esperemos que este conocimiento vaya haciéndose más completo en el futuro.
Pero este creciente conocimiento, no puede crear diferencia alguna en la actitud que el alma tiene que adoptar para meditar acerca de su relación con el cuerpo. Al contrario aportará más y más evidencia de que las leyes del mundo exterior permanecen en la misma relación con el alma antes y después de la muerte. Es una ilusión esperar que el progreso del conocimiento de la naturaleza demostrará hasta qué punto los procesos corporales son agentes de la vida del alma. Reconoceremos cada vez más claramente lo que tiene lugar en el cuerpo durante la vida pero los procesos en cuestión serán siempre sentidos por el alma como algo fuera de ella en la misma forma que los procesos del cuerpo después de la muerte.
El cuerpo debe por lo tanto, aparecer en el mundo externo como una combinación de fuerzas y substancias, que existe por sí mismo y es explicable por sí mismo como miembro del mundo exterior. La Naturaleza hace crecer una planta y luego la disuelve. La Naturaleza rige el cuerpo humano y lo hace desaparecer dentro de su propia esfera, Si el hombre toma su posición respecto a la Naturaleza con tales ideas .puede olvidarse de sí mismo y de todo lo que hay en él. y sentir su cuerpo como miembro del mundo externo, Si piensa en tal forma acerca de sus relaciones consigo mismo y con la Naturaleza, experimenta en relación consigo mismo eso que llamamos su cuerpo físico.